Dulcinea, Dulcinea,
qué otro hombre te alejó de mi camino.
No te gustaron mis besos,
mi bolsillo hueco.
Pero, fíjate, mujer,
qué abogado como Sócrates te defiende.
Y ya estoy con el Dulce Quijote,
muy orondo, buscando el nuevo latido de tu amor.
qué otro hombre te alejó de mi camino.
No te gustaron mis besos,
mi bolsillo hueco.
Pero, fíjate, mujer,
qué abogado como Sócrates te defiende.
Y ya estoy con el Dulce Quijote,
muy orondo, buscando el nuevo latido de tu amor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario